El mundo entero

En esta puta vida y para dos días que vamos a vivir, que cada uno se coma lo que quiera mientras no moleste a nadie, ¿estamos?”

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“Y una cosa más te voy a decir y que se entere el mundo entero. En esta puta vida y para dos días que vamos a vivir, que cada uno se coma lo que quiera mientras no moleste a nadie, ¿estamos?”.

El corto cuenta la historia de Chary Quintanilla (la madre de Julián,  en la vida real) que murió joven de un cáncer y a la que su hijo visita cada año el día de su cumpleaños en el cementerio. Inspirado en Buñuel y Almodóvar, Quintanilla (44 años y originario de Badajoz) saca a su madre de la tumba y conversan sentados en un banco. Cada año, La Chary le pide a su hijo que haga algo por ella. “Este corto es un homenaje a mi madre, y a todas esas madres solteras que sacaron a sus hijos adelante solas y que se enfrentaban a diario a los prejuicios de la gente. En su caso, se tenía que enfrentar también a las críticas e insultos por mi sexualidad”, explica Quintanilla, director de cine, guionista y dramaturgo, sobre esta autoficción (autoproducida) en la que él se interpreta a sí mismo de adulto.

Para Loles León, “La Chary era una luchadora, una feminista de los años setenta y ochenta, de esas que no se callaban nada y que siempre andaban reivindicando derechos e igualdades; si estuviera viva hoy estaría dando muchísima caña”, cuenta

La actriz ya había trabajado anteriormente con Quintanilla en otro de sus cortos, Implicación (2004), y el director y guionista escribió el papel de La Chary pensando en ella. “Cuando Julián me propuso este papel me pareció muy interesante, por el personaje en sí y porque en muchos aspectos de mi vida me siento muy identificada con ella”, afirma la actriz.

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